Resumen de la Antigua Civilización Romana: Monarquía
La monarquía romana, el primer período de la historia de Roma, sentó las bases para la grandeza que vendría después. Aunque duró relativamente poco en comparación con la República y el Imperio, fue una etapa crucial en la formación de la identidad romana y el desarrollo de sus instituciones. Durante este tiempo, Roma fue gobernada por reyes, quienes ejercían el poder político, militar y religioso.
Características Generales de la Monarquía Romana
-
Orígenes: La monarquía romana se inició, según la leyenda, con la fundación de Roma por Rómulo en el año 753 a.C.. Este período se caracterizó por una sociedad agraria y una estructura política centrada en la figura del rey.
-
Estructura Social: La sociedad romana durante la monarquía estaba dividida en patricios (la clase alta, con derechos y privilegios) y plebeyos (la clase baja, con menos derechos).
-
Poder del Rey: El rey era el jefe supremo, con poder vitalicio. Era el comandante del ejército, el juez principal y el sumo sacerdote. Sin embargo, su poder no era absoluto, ya que debía consultar al Senado (un consejo de ancianos patricios) y a la Asamblea Popular.
-
Fin de la Monarquía: La monarquía romana llegó a su fin en el año 509 a.C. con la expulsión del último rey, Tarquinio el Soberbio, debido a su gobierno tiránico. Este evento marcó el inicio de la República Romana.
Años del Período Monárquico
El período monárquico romano abarcó desde el 753 a.C. hasta el 509 a.C., sumando un total de 244 años. Durante este tiempo, siete reyes gobernaron Roma, cada uno con su propia historia y contribuciones:
-
Rómulo (753-716 a.C.): Fundador de Roma y su primer rey. Se le atribuye la creación del Senado y la división de la población en patricios y plebeyos.
-
Numa Pompilio (715-673 a.C.): Se le atribuye la creación de las instituciones religiosas romanas, como los colegios sacerdotales y el calendario religioso.
-
Tulio Hostilio (673-641 a.C.): Rey guerrero que expandió el territorio romano a través de conquistas militares.
-
Anco Marcio (640-616 a.C.): Se le atribuye la construcción del primer puente sobre el río Tíber y la fundación del puerto de Ostia.
-
Tarquinio Prisco (616-579 a.C.): De origen etrusco, introdujo muchas costumbres y técnicas de Etruria en Roma. Se le atribuye la construcción de la Cloaca Máxima (un sistema de alcantarillado) y el inicio de los Juegos Romanos.
-
Servio Tulio (578-535 a.C.): Realizó importantes reformas sociales y políticas, como la creación del censo y la división de la población en clases según su riqueza.
-
Tarquinio el Soberbio (535-509 a.C.): Último rey de Roma, conocido por su tiranía y crueldad. Su expulsión marcó el fin de la monarquía y el inicio de la República.
Ubicación Geográfica
Roma se encuentra en la península itálica, a orillas del río Tíber, cerca de la costa del mar Tirreno. Su ubicación estratégica le permitía controlar las rutas comerciales terrestres y marítimas de la región. Inicialmente, la ciudad se desarrolló sobre siete colinas: Capitolio, Quirinal, Viminal, Esquilino, Celio, Aventino y Palatino.

Obras Realizadas en Dicho Período
Durante la monarquía, se llevaron a cabo importantes obras que contribuyeron al desarrollo de Roma:
-
Infraestructura: Construcción de la Cloaca Máxima, un sistema de alcantarillado que permitió drenar las zonas pantanosas y mejorar la higiene de la ciudad. También se construyeron templos, murallas y el primer puente sobre el río Tíber.
-
Instituciones: Creación del Senado, la Asamblea Popular y los colegios sacerdotales. Estas instituciones sentaron las bases para el sistema político de la República.
-
Militar: Organización del ejército romano, que se convirtió en una fuerza poderosa y disciplinada. Expansión del territorio romano a través de conquistas militares.
Conclusión: Puntos Clave
La monarquía romana fue un período fundamental en la historia de Roma. Durante estos 244 años, se establecieron las bases políticas, sociales, religiosas y militares que permitirían a Roma convertirse en una gran potencia. Aunque la monarquía terminó con la expulsión de Tarquinio el Soberbio, su legado perduró en la República y el Imperio, marcando para siempre la identidad romana.